Existen, claro que existen (repito parte de verso del mismo poemario que ayer cité "Canto para esta era"), los lirios blancos, como los mirlos blancos, como los blancos tulipanes. No hay que buscar unicornios cuando disfrutamos de la presencia de los blancos caballos, o los armiños blancos o los zorros del paraíso en apariencia desierto y helado.
Son lirios blancos silvestres, una mata encontrada durante ocho años entre otros tantos millones de sus hermanos los lirios del campo morados. Disparos de hace unos años, versión de uno de entonces y revelado actual de otro con el que entonces no me atreví por la complicación de las luces que lleva inherente el disparo. El avance de la técnica nos ayuda, sólo eso, que es importante, pero no el fundamento.
Éste es mis objetivo, hacer lo que va fluyendo siendo una con el cielo y la tierra. Sin más. Las metas para los que compiten.
Primero, la actual, después la antigua que tengo puesta en el blog de cocina que le dediqué a mi madre. Y por último una de tulipanes del año pasado. Distintos revelados "meramente" circunstanciales, dependiendo de todo, así de simple y complejo, de todo, de todo el cielo y toda la tierra, que no somos más. Ni menos.
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Unos mirlos y unos lirios blancos realmente asombrosos. Unas imagenes preciosas.
ResponderEliminarSaludos
Realmente, no hay nada tan subjetivo como tus objetivos, (ambos).
ResponderEliminarSaludos
Gracias por vuestra visita y por vuestras palabras, Luis y Miguel.
ResponderEliminarSaludos a ambos