Son glicinias. Me llevé años intentando que agarraran en el porchecito del campo, pero nunca lo conseguí. El otro día las encontré poblando con sus exuberantes lilas las verjas de los jardines de Murillo en mi paseo (de hora y cuarto) más o menos estacional de visita a la odontóloga.
La fotografía me recordó anoche a un verso de Los parasoles de Afrodita. Después lo subiré a mi otro blog. (AQUÍ puede leerse ya)
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Excelente !
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