Ciertamente, la mayoría de edificios que se ven alrededor del Parasol son bastante feos, pero creo que una arquitectura tan audaz y tan próxima a ellos no los afea aún más, sino que subraya su carácter racional y utilitario, los ennoblece, en cierto modo, destaca la función para la que fueron creados.
El juego de palabras que haces entre el título y lo retratado es un toque de humor genial, amiga. Me ha hecho sonreír.
Gracias, mark. Gracias, Javier.. Esta foto en blanco y negro habla de total integración de una arquitectura en otra, las cuadrículas de las setas se repiten en esos edificios "modernos" (tiene cerca de cincuenta años si no más) de la ancha calle Imagen (curioso nombre por cierto para mis entendederas, por ahí hay otra foto en la que se alude a ella). Al parecer, cuando se ha criticado la falta de integración en el conjunto/aspecto arquitectónico de esa zona la ciudad nadie recordaba ese trozo de casco antiguo, remodelado como decía hace más de cincuenta años. Ésa fue la huella de una alcaldía sevillana en tiempos de Franco, zapatazo diría yo. La calle imagen, años atrás de esos cincuenta años (aprox) no medía más de dos metros de ancho, una calle típica de la zona centro de Sevilla, una calle por donde pasaba el tranvía con verdadero peligro para los peatones (recuerdo que mi padre siempre me comentaba que se había llevado a una mujer embarazada por delante, tal vez sólo anécdota adobada, no lo sé). En determinado momento de algún plan urbanístico de esta ciudad se decide la apertura del centro hacia la zona de la ronda: y empiezan a derribar manzanas de casas: Se construye (ensancha) la calle Imagen, con arquitectura típicamente "moderna" de la época, pero integrando de alguna forma roles de esta ciudad (soportales). hasta que llegan la contigua plaza de San Pedro: ahí se quedaron. El proyecto era seguir por lo que por ahí tengo también fotografiado, la pila del pato (fuente) o plaza de san Leandro, es decir, construir una "calle ancha/ avenida" que comunicara esa zona (plaza de la encarnación, que "siempre" tuvo grandes dimensiones) con la "ronda": pero toparon con un palacio en las inmediaciones de otro: palacio de los condes de Ibarra, cercano al de la casa de Pilatos. y ahí se quedó el plan urbanístico por esa zona. Conclusión: El gran parche/pisotón de la calle Imagen como una "imagen" de la modernidad dentro de la arquitectura tradicional sevillana, hoy perfectamente integrada en el devenir mental y visual de cualquier sevillano. Tan integrada que nadie "recuerda" su disonancia, como se evidencia por las críticas que inciden en ese matiz. El aspecto de esa calle Imagen recuerdo que también condicionó la construcción del colegio de arquitectos (por ahí tengo otra foto de su "integración"), que justo enlaza la plaza de San Pedro con ella, y que por supuesto fue criticado por la minoría fundamentalista sevillana. Podría enlazar alguna fotografía antigua de algún blog al uso, pero me avergüenzo de algunos comentarios, y más cuando a pie de calle, no percibes nada de eso. En esta Sevilla solo hay un problema, los fundamentalistas, que son los MUY menos, pero que tienen el poder para hacerse oír mejor, con buenos "vocentadores" cuentan.
Desestimé el blanco y negro porque siguen pidiéndome estos parasoles el recuerdo de esa carnosidad que veo en sus membranillas (celdillas). Ese color tan anodino, ese beige tan poca cosa, pero que, sin embargo, una vez visto, literalmente visto, recarga toda la fisicidad del ser humano que lo contempla. Por otro lado los verdes y azules me entonaban con el mismo concepto. Javier, antiguamente, o sea, hace unos seis o siete años, vivía yo en el campo, tal vez diez, había en esa esquina de "General óptica" un "Cortefiel". Lo pensé al hacerla. Si hubiera existido el mismo comercio, habría salido su rótulo en el disparo, en vertical, e igualmente habría jugado con él para titularla: Corte-fiel.
Disculpas por la extensión, y muchas gracias por vuestras palabras que, como veis, me concitan a seguir reflexionando/contando sobre el asunto. Besos
Me alegra que mis reflexiones sirvan, a su vez, para encadenar otras que, de modo recíproco, me hacen reflexionar de nuevo. Lo que nos cuentas que ocurrió en Sevilla está ocurriendo, a día de hoy, en muchas partes. Un ejemplo sangrante es lo que está pasando en Valencia con el barrio del Cabanyal, donde los "fundamentalistas" del capital, de la pasta, quieren cargarse un barrio histórico para hacer una avenida que les deje directamente en la fórmula 1 y en las regatas de la America's Cup, sin tener que dar un rodeo con sus coches de lujo.
Disculpa que me aparte del tema que estábamos tratando, pero es que se me enciende la sangre.
Tú no te cortes, Javier. Tus palabras siempre serán bienvenidas en este blog, y además me resultan gratas. Entiendo que se te incendie la sangre, eres especialmente sensible al abuso, que es en lo que son especialistas ciertos humanos, y más si se les da el poder político...a revienta calderas, como se suele decir. Besos, refrescantes a ser posible.
Y a mí que no terminan de gustarme las "setas de la Encarnación"...Pero tus disparos, esos ángulos, me están haciendo pensar...No sé.
ResponderEliminarAbrazos.
:)...
ResponderEliminarBesos, Pepe
Buen encuadre !
ResponderEliminarMark de Zabaleta
Ciertamente, la mayoría de edificios que se ven alrededor del Parasol son bastante feos, pero creo que una arquitectura tan audaz y tan próxima a ellos no los afea aún más, sino que subraya su carácter racional y utilitario, los ennoblece, en cierto modo, destaca la función para la que fueron creados.
ResponderEliminarEl juego de palabras que haces entre el título y lo retratado es un toque de humor genial, amiga. Me ha hecho sonreír.
Beso.
Gracias, mark.
ResponderEliminarGracias, Javier..
Esta foto en blanco y negro habla de total integración de una arquitectura en otra, las cuadrículas de las setas se repiten en esos edificios "modernos" (tiene cerca de cincuenta años si no más) de la ancha calle Imagen (curioso nombre por cierto para mis entendederas, por ahí hay otra foto en la que se alude a ella). Al parecer, cuando se ha criticado la falta de integración en el conjunto/aspecto arquitectónico de esa zona la ciudad nadie recordaba ese trozo de casco antiguo, remodelado como decía hace más de cincuenta años.
Ésa fue la huella de una alcaldía sevillana en tiempos de Franco, zapatazo diría yo. La calle imagen, años atrás de esos cincuenta años (aprox) no medía más de dos metros de ancho, una calle típica de la zona centro de Sevilla, una calle por donde pasaba el tranvía con verdadero peligro para los peatones (recuerdo que mi padre siempre me comentaba que se había llevado a una mujer embarazada por delante, tal vez sólo anécdota adobada, no lo sé). En determinado momento de algún plan urbanístico de esta ciudad se decide la apertura del centro hacia la zona de la ronda: y empiezan a derribar manzanas de casas: Se construye (ensancha) la calle Imagen, con arquitectura típicamente "moderna" de la época, pero integrando de alguna forma roles de esta ciudad (soportales). hasta que llegan la contigua plaza de San Pedro: ahí se quedaron.
El proyecto era seguir por lo que por ahí tengo también fotografiado, la pila del pato (fuente) o plaza de san Leandro, es decir, construir una "calle ancha/ avenida" que comunicara esa zona (plaza de la encarnación, que "siempre" tuvo grandes dimensiones) con la "ronda": pero toparon con un palacio en las inmediaciones de otro: palacio de los condes de Ibarra, cercano al de la casa de Pilatos. y ahí se quedó el plan urbanístico por esa zona. Conclusión: El gran parche/pisotón de la calle Imagen como una "imagen" de la modernidad dentro de la arquitectura tradicional sevillana, hoy perfectamente integrada en el devenir mental y visual de cualquier sevillano.
Tan integrada que nadie "recuerda" su disonancia, como se evidencia por las críticas que inciden en ese matiz.
El aspecto de esa calle Imagen recuerdo que también condicionó la construcción del colegio de arquitectos (por ahí tengo otra foto de su "integración"), que justo enlaza la plaza de San Pedro con ella, y que por supuesto fue criticado por la minoría fundamentalista sevillana.
Podría enlazar alguna fotografía antigua de algún blog al uso, pero me avergüenzo de algunos comentarios, y más cuando a pie de calle, no percibes nada de eso. En esta Sevilla solo hay un problema, los fundamentalistas, que son los MUY menos, pero que tienen el poder para hacerse oír mejor, con buenos "vocentadores" cuentan.
Desestimé el blanco y negro porque siguen pidiéndome estos parasoles el recuerdo de esa carnosidad que veo en sus membranillas (celdillas). Ese color tan anodino, ese beige tan poca cosa, pero que, sin embargo, una vez visto, literalmente visto, recarga toda la fisicidad del ser humano que lo contempla. Por otro lado los verdes y azules me entonaban con el mismo concepto.
Javier, antiguamente, o sea, hace unos seis o siete años, vivía yo en el campo, tal vez diez, había en esa esquina de "General óptica" un "Cortefiel". Lo pensé al hacerla. Si hubiera existido el mismo comercio, habría salido su rótulo en el disparo, en vertical, e igualmente habría jugado con él para titularla: Corte-fiel.
Disculpas por la extensión, y muchas gracias por vuestras palabras que, como veis, me concitan a seguir reflexionando/contando sobre el asunto.
Besos
Me alegra que mis reflexiones sirvan, a su vez, para encadenar otras que, de modo recíproco, me hacen reflexionar de nuevo. Lo que nos cuentas que ocurrió en Sevilla está ocurriendo, a día de hoy, en muchas partes. Un ejemplo sangrante es lo que está pasando en Valencia con el barrio del Cabanyal, donde los "fundamentalistas" del capital, de la pasta, quieren cargarse un barrio histórico para hacer una avenida que les deje directamente en la fórmula 1 y en las regatas de la America's Cup, sin tener que dar un rodeo con sus coches de lujo.
ResponderEliminarDisculpa que me aparte del tema que estábamos tratando, pero es que se me enciende la sangre.
Beso.
Tú no te cortes, Javier. Tus palabras siempre serán bienvenidas en este blog, y además me resultan gratas.
ResponderEliminarEntiendo que se te incendie la sangre, eres especialmente sensible al abuso, que es en lo que son especialistas ciertos humanos, y más si se les da el poder político...a revienta calderas, como se suele decir.
Besos, refrescantes a ser posible.