Tosca, Cuca, Sultán, Bella, Tuli, Kalhúa, Lula, Winny. Ellos faltan ya. Layla, Máximo, Lupita, aún viven. Tantos... siempre al lado. A alguna la ayudé a nacer, a otros a morir; ¿qué se puede decir de ellos si hablan mejor que nosotros los humanos?
Faltan ellos y faltan cientos de fotografías de ellos. Siempre estaban, siempre.
Le dedico esta entrada a Luisa Navarrete, porque a la vez que intentando ordenar mi blog "principal", que se ha quedado sin enlaces a algunas series que allí puse, me la he encontrado con su fibra sensible por estos seres y su magnífico arte pictórico (aquí en los comentarios se puede seguir el hilo).
Dejo un pequeño poemita que escribí cuando murió Kalhúa, mejor dicho, cuando supe que esa noche moriría, bajo la encina, arropado con un chaquetón aunque sabía que ya ni frío ni calor sentía, muy antiguo ya.
Luna llenada
De repente
abarcando la lluvia,
horadando tu cielo,
disolviendo tu velo de encaje negro.
De repente ante mis ojos,
de repente sobre mis hombros,
antigua clámide de mi duelo.
De repente, luna,
te invoco,
para que cubras por mí
al ser solitario y perdido casi enterrado sobre la yerba;
para que acunes con tu existencia
su muerte,
para que tejas su sudario con tus rayos de febrero,
con tu luz de ocaso pleno.
Sofía Serra, 2003
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