Tosca, Cuca, Sultán, Bella, Tuli, Kalhúa, Lula, Winny. Ellos faltan ya. Layla, Máximo, Lupita, aún viven. Tantos... siempre al lado. A alguna la ayudé a nacer, a otros a morir; ¿qué se puede decir de ellos si hablan mejor que nosotros los humanos?
Faltan ellos y faltan cientos de fotografías de ellos. Siempre estaban, siempre.
Le dedico esta entrada a Luisa Navarrete, porque a la vez que intentando ordenar mi blog "principal", que se ha quedado sin enlaces a algunas series que allí puse, me la he encontrado con su fibra sensible por estos seres y su magnífico arte pictórico (aquí en los comentarios se puede seguir el hilo).
Dejo un pequeño poemita que escribí cuando murió Kalhúa, mejor dicho, cuando supe que esa noche moriría, bajo la encina, arropado con un chaquetón aunque sabía que ya ni frío ni calor sentía, muy antiguo ya.
Luna llenada
De repente
abarcando la lluvia,
horadando tu cielo,
disolviendo tu velo de encaje negro.
De repente ante mis ojos,
de repente sobre mis hombros,
antigua clámide de mi duelo.
De repente, luna,
te invoco,
para que cubras por mí
al ser solitario y perdido casi enterrado sobre la yerba;
para que acunes con tu existencia
su muerte,
para que tejas su sudario con tus rayos de febrero,
con tu luz de ocaso pleno.
Sofía Serra, 2003
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Solo el que ha sentido como compañero, complice o amigo a uno de éstos seres -irracionales- que dicen los irracionales, puede sentir en sus huesos, en lo mas hondo, al falta, el hueco que dejan con su ausencia.
ResponderEliminarHe tenido a mi lado, desde que tengo memoria, la presencia de algún perro. Gainza se llamaba el primero, que mi padre era del Atlhetic, hace ya... un porrón de años.
Brisca se llamaba la última, una husky siberiana sobre la que anduvimos mi mujer y yo dilucidando si la sacrificabamos o no...ni me acuerdo el tiempo, ni me quiero acordar si acertamos con la decisión...
Y desde entonces, egoistas que somos, hemos decidido de mutuo acuerdo no tener mas compañeros que no queremos mas sufrimientos, mas desgarros, cuando finalmente te quedas sin ellos... y han sido muchas, muchas despedidas de las que solo quedan, como en tu entrada, fotografias y un hueco en el alma.
Como añoro el volver a casa y que Darro (un pastor alemán de los que rompen el alma con su nobleza) no esté en su felpudo del porche deseando contarme las novedades del día... cada día que pasa acordandome de él.
Solo el que ha compartido unos años de su vida con un amigo así sabe apreciar lo que eso significa.
Un dia alguien me dijo que yo era buena gente por como hablaba de mis perros..., no lo sé, pero mis amigos perrunos me han ayudado a entender bastante mas que algunos "humanos-racionales"
Un abrazo Sofía.
Antonio... mil gracias. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarAyy que preciosidad de todooo , y es que dan más de lo que les das.... me has recordado tantas historias bonitas y otras menos pero todas de las de corazón abierto que son las que merecen la pena.
ResponderEliminarummm y qué narices que me has emocionado TU
Besicossss muchos de todos los tamaños y colore
Layla ama a Eco es brutal. Sin palabras me dejas.
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