Ésta es una entraña más de el cuarto claro, no una estancia aledaña.
Mis poemas, y algún otro texto, el 99% de las veces los expongo en el otro. Fotografías, en ambos.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Lectura sobre el sitio

Disparo de la fotografía: Sofía Serra, Sevilla, Nikon D-80, 18-135, 12/8/2012, 30082


martes, 28 de agosto de 2012

El farolillo rojo/la cesta vacía

... O la pseudo-literatura,  las citas y el pseudo-arte. El uso fraudulento de la Belleza seca el jazmín y cualquier verde.

Disparo de la fotografía: Sofía Serra, Azotea, Sevilla, Nikon D-80, 18-135, 12/8/2012, 30094

domingo, 26 de agosto de 2012

Pre-sentimiento de otoño

Disparo de la fotografíaSofía Serra,  Sevilla, Pintura modelo : "Otoño encantado",
 Acrílico sobre lienzo,  de Karin Aldrey, Nikon D-80,18-135, 25/8/2012, 30187

viernes, 24 de agosto de 2012

Campo: corte transversal

Disparo de la fotografíaSofía Serra, Casa, Sevilla, Nikon d-80, 18-135, 19/8/2012, 30149

miércoles, 22 de agosto de 2012

Campo

Con esta fotografía sé que se cierra un ciclo, aunque no sepa cuándo comenzó.
Disparo de la fotografíaSofía Serra, Coto de las Yeguas, Arroyo de la Plata, Nikon d-80, 18-135, 22/2/2007, 1006


Rosa desestructurado

Te sellan colores
con nombres de flores.

Disparo de la fotografía: Sevilla, Casa, Nikon D-80, 18-135, 22/Agosto/2012 , 30151

Rosa desestructurada


Disparo de la fotografía: Sofía Serra, Nikon D-80, Nikkor 18-135, 19/08/2012, 30144 


martes, 21 de agosto de 2012

Fotografía de una rosa II

He tenido que rehacerla para una selección que están interesados en hacer, pues, los que practicamos la fotografía, además de enfrentarnos a la luz par saber hacerla nuestra, o al menos intentarlo, tenemos que enfrentarnos a los inconvenientes de las mareas de los olvidos, y si además, hablamos de lo digital, esas mareas provocan estragos dificilmente subsanables. Al ir a buscar el tiff en blanco y negro que realicé para acompañar este poema, he visto que justo ese día es el que me falta en todo lo grabado de, al menos, ese mes, Junio de 2010, de tal forma que desde el original, de mayo de ese mismo año,  he tenido que hacer ahora una nueva fotografía en blanco y negro. Por mucho que me proponga, porque quería poder titularla igual, hacer réplica exacta, la tarea es un imposible. Cada fotografía revelada es única por mucho que se piense por los menos expertos que la informática aplicada a esta técnica es una mera cuestión de botones con los que pasar el disparo por los filtros de los programas.
Algún día me decidiré a hacer algo que llevo algún tiempo pensando, un vídeo de la edición, del revelado de cualquier disparo. No sé cómo lo harán otros, pero yo me reconozco casi como si hiciera andar a pedales a la máquina esta que me permite por ejemplo escribir en este medio ahora mismo.
Es un disparo que ha dado bastante de sí. De él mismo extraje una fotografía con carácter más divulgativo que hice para portada de este libro cuando trabajaba en la editorial. No me importa hacerle publicidad a él. A la editorial sé que de todas formas no va a servir para nada, porque como han cambiado la interfaz de su página web, ahora los enlaces que aparecen en el blog, porque yo me molestaba en que así fuera, bajo cada libro, simplemente no remiten a nada (el supuesto era que remitieran a la página oficial de cada libro en la editorial). Y no se han dado cuenta aún, ni siquiera creo han caído en ello.
Sería de esperar, por el bien del tejido industrial de este país, que las empresas se tomaran algo más en serio su presencia en internet.
Así les va a las empresas. Así nos va a los españolitos de a pie.
La falta de rigor y seriedad sí que provoca verdaderos estragos.

Es la fotografía de una rosa. Siempre he pensado que quien la viera entendería mejor el porqué de mi gusto por fotografiar tales flores.
Disparo: Sofía Serra, Estación de Santa Justa, Sevilla, Nikon D-80, 18-135, 20/5/2010, 19193



lunes, 20 de agosto de 2012

La sangre de las piedras

Hace unos minutos (bueno, alguna hora, el tiempo, tiempo extenso, dolor de espalda, madre mía, qué cansada estoy de trabajar aquí sobre esta puñetera máquina, cómo agota, físicamente también) que me he dado cuenta de que conforma verboluz con un poema de "El muriente". Luego o mañana lo subiré al otro blog.
Cuatro años entre fotografía y poema.
Disparo: Sofía Serra, Campo, Nikon D-80, 18-135, 20/11/2008, 11349


ENLACE al poema

domingo, 19 de agosto de 2012

The old road


Disparo de la fotografía: El Alentejo sur (Portugal), Sofía Serra, Nikon, Nikon D-80, Nikkor 18-135, 
27/Julio/2012, 29993.

viernes, 17 de agosto de 2012

Alquería

Una antigua, un disparo del 2005, que tenía muchas ganas de volver a re-revelar. El título, el mismo que entonces.
Disparo de la fotografía: Campo, Sofía Serra, Dimage-7, 14 de junio de 2005.


domingo, 12 de agosto de 2012

Maceta casi en blanco y negro


Disparo de la fotografía: Sevilla, Sofía Serra, Nikon D-80, Nikkor 18-135, 5/Agosto/2012, 30082.

martes, 7 de agosto de 2012

La bodega (serie)

Esta es una serie que, aunque no es gran cosa, más bien algo muy pequeño, guardo con especial cariño, porque está disparada en un establecimiento muy conocido de Sevilla, mejor, de sus afueras, en la Bodega La pañoleta. La pañoleta es en realidad una barriada del pueblo vecino a Sevilla llamado Camas. En realidad, salvo el río, casi no hay solución de continuidad entre las construcciones de la ciudad grande, la propia barriada de Camas (La pañoleta, bonito nombre, ¿verdad?) y Camas en sí. La bodega es de esas pocas que quedan ya con sabor a antaño, con sus sillas de tijera en los veladores y barra de madera de yo no sé cuantos metros de larga. Se sitúa hoy en un lado de una glorieta de ramales de autovías, pero recuerdo perfectamente cuando de niña, camino de la playa, parábamos, con el seiscientos que por entonces tenía mi padre, a comprar "pan de pueblo", porque se situaba en una especie de encrucijada de las antiguas carreteras (actual glorieta, claro) camino de la costa de Huelva. Lo bonito es que años después de estas fotos, la declararon bien de interés cultural o algo por el estilo y el edificio se sometió a reconstrucción y arreglo, así que hoy luce en todo su esplendor. Es un lugar frecuentadísimo a casi cualquier hora del día, y no digamos ya un fin de semana. Se sirve marisco, buena chacina (todo siempre en "papel", algo muy típico de ella) y sobre todo mejores vinos de por el lugar que también se pueden comprar a granel, y para los cerveceros el sitio ideal para tomarse un tercio de cruzcampo en botella. La serie no abunda en ese tipo de detalles, otra que tengo en color, sí, pero esta me gusta porque fue la primera en la que "recreé" sobre el ser humano, cuando normalmente me gusta limitarme al retrato. Además incluyo dos versiones de blanco y negro sobre una, porque por entoces comencé a adentrarme en las posibilidades del blanco y negro como recurso expresivo, supongo que intentando dar con uno que me llenara o pudiera definirme mejor. Es del verano del 2005.

¡hey, pistolero!
La bodega
Bodega en el sur
Dos hombres y un destino
La (el) gorrilla
Gigante
Condumios

sábado, 4 de agosto de 2012

Paisagem

Es la última que me ha permitido hacer el moribundo estado del disco duro del mac, mi herramienta al menos para esto. Cuando ha hecho caput del todo la tenía subida aquí, aunque sin escribir el texto. Estaba realizando copia de seguridad para incluir los archivos de ésta, pero ya no me ha dejado. Ahora escribo desde mi antiguo equipo de Window. 
Es la fotografía para la portada de El muriente, eso es lo que iba a decir al introducirla, lo que digo. Ha ido saliendo desde las 4 de la mañana sin buscarla, un disparo de hace un par de semanas. Primero ha salido en blanco y negro, pero no la he guardado con el título que lleva: La mortaja. Esta sí, aunque probablemente tendré que rehacerla desde el principio para poder disponer de un archivo de gran tamaño. El suyo se ha perdido.
Muere la máquina y sonrío. ¿Por qué será?

jueves, 2 de agosto de 2012

il cuore

Disparo de la fotografía: Sintra (Portugal),  Sofía Serra, Nikon D-80, Nikkor 18-135, 1/Agosto/2012, 30033.

miércoles, 1 de agosto de 2012

La cantora

Esto es lo que suele suceder cuando en esta bendita casa yo PIDO que se me dispare una fotografía: todo enfocado menos lo que sea que se suponga protagonista del disparo. Ocho disparos, ocho, y el único salvable es ese por el que el desenfoque en el rostro tiene una excusa natural, simplemente estaba intentando ponerme bien la ME-LE-NA, y me pillaron, eso es, me pillaron en el justo momento. El resto de los disparos, para tirarlos. Debo reconocer que la foto me gusta, tan natural que ni las arrugas se me ven, los desenfoques favorecen mucho a cierta edad. Yo me pregunto si esa cara pongo tan sólo para mover el pelo, ¿qué leches de cara pondré cuando me sorprendo, alegro, enfado, río o lloro?... con razón "se me asustan", así, en general. Expresiva "la muchacha", qué se le va hacer.
A partir de hoy vuelvo a abrir los comentarios en este blog y el otro. Recuerdo cuando de mocita me daba por la llantina, recuerdo a mi madre diciéndome: "¡Deja algo para cuando yo me muera, coñi!", con lo cual, es evidente, sólo conseguía que llorara aún más. Ella no recordaba entonces que cuando de pequeña ella misma cogía un pañuelo, se subía a un banquito alto de la cocina de mi abuela y  se ponía a llorar, así, sin que ninguna circunstancia más o menos comprensible pudiera hacer pensar al resto de su familia que tenía motivos para llorar, tan natural como la que va a comerse un bocadillo (bueno, por aquel entonces no era algo "tan natural" eso de comerse un bocadillo), sin más, un cotidiano acto más, lo que provocaba el consiguiente recochineo de todos sus hermanos y hermanas, que a su vez le preguntaban muy "indulgentes" y "comprensivos": "Lolilla, Lolilla, ¿por qué lloras?", y ella, con cuatro o cinco años  y esos ojos verdes llenos de lágrimas, contestaba entre hipidos: "¡Ay!, ¿es que no lo ves?,  ¡es que tengo mucha pena encima!". Imagino las carcajadas posteriores. Ahora yo no es que haya llorado mucho, la costra y la coraza va pudiendo con mis lacrimales, pero la depre de este país ha podido con mi ánimo. La semana pasada me propuse que no iba dejarme entristecer más. Bastante había llorado en la vida por "mis propios medios". Esta semana me propongo quitarme la tontería de la forma más sana posible, es decir, con un buen guantazo. De mis padres creo que tan sólo recibí uno,  un día allá por los 13 o 14 años en el que se me ocurrió decir "¡lechuga!". Evidentemente tenía toda la connotación de un ¡coño!, así que mi padre me endilgó el sopapo. Le dije, argumenté  yo siempre toda indignada, y dolorida no en la cara sino en lo más profundo de mi corazón, "¡¿pero por qué, por dios, si no he dicho ninguna palabrota?!, buen esfuerzo que he hecho para evitarla, la he sus-ti-tui-do, pa-pá!)", y él me respondió, "el tono, Sofía, el tono te ha delatado la intención,  que es la que cuenta". Y tuve que callarme la boca, lógicamente, pues yo ya me entrenaba en el sano uso de la palabrota como expresión poética cotidiana. Mi padre, ahora lo veo, hubiera sido un magnífico crítico de poesía, de los buenos de verdad, de esos que apenas existen, de esos que saben leer el tono, que saben leer por debajo de la palabra escrita y dicha.
He titulado la foto "La cantora" porque mi hijo me ha dicho que parece que estoy cantando (abstenerse  asimilación con otros "parentescos", a mí se me ha venido post-titulación y la obvio, las palabras no son patrimonio exclusivo, y menos las bonitas). Me miro y afortunadamente aún me reconozco (la prosopagnosia no me ha hecho su presa), pero no sé si río o lloro, cuando sé, positivamente sé, empíricamente sé, que únicamente estaba intentando colocar ese pelo.
"La blusa mexicana", ese es su verdadero título, ;)
Disparo de la fotografía: Sevilla,  Manuel, J. Távora Serra, Nikon D-80, Nikkor 18-135, 1/Agosto/2012, 30075.

 
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