Ésta es una entraña más de el cuarto claro, no una estancia aledaña.
Mis poemas, y algún otro texto, el 99% de las veces los expongo en el otro. Fotografías, en ambos.

jueves, 28 de abril de 2011

Paisaje interior

Sigue allí:



en este cartel el por qué de mi "sigue allí"




Y aquí enlace a más o menos todas las entradas en mi otro blog más relativas al libro. Una no tiene desperdicio. Al ir a volver a leerla ahora por pura casualidad he acertado a vislumbrar un motivo (tan sólo uno de los varios) del por qué se me quitaron las ganas de volver a presentar ningún libro más en mi vida, hasta el punto de casi repelerme seguir publicando en papel. La insensibilidad del común de los mortales, debida siempre a la más pura ignorancia (del otro, ignorancia me remite a no voluntad -nolo en contraposición con el "volo" latino, no querer- de ponerse en el pellejo del otro, por mucha información que se le ofrezca,  para poder mirar con otros ojos), desde luego hace estragos en esta que suscribe y fotografía.

Por fortuna la tierra siempre me ayuda. Por algo, imagino, le canté a su permanencia.

Meridiana claridad

A partir de hoy este blog pasa a llamarse Meridiana claridad.
Su nombre lo tomo del título de una antigua fotografía, de mi autoría, claro.

domingo, 24 de abril de 2011

La Hesperada

La vie en rose

Tha last day I literalmente aluciné, cuando, a la veterana edad de 48 años, pude poner por fin mis manos, libremente, en un teclado que, creo que sólo a falta de dos escalas, y por el módico precio de 100 euros, chispa más o menos suena exactamente igual que un piano (de pared), amén de los infinitos efectos que los adelantos electrónicos dotan a un ejemplar de esta especie. Mil años ha, dos niñas de ocho y nueve para diez años rezaban dos o tres noches a la semana para que el conservatorio saliera ardiendo, por ejemplo, con el fin de poder suprimir de sus vidas  la tortura que les suponía aprender solfeo y guitarra (clásica) rodeada de compañeros que, como mínimo, les duplicaban en edad (recuerdo cómo mi hermana Eva, y ante mis intentos por explicarle en qué consistía la numeración con la que se representa los distintos compases al inicio del pentagrama, me decía: ¡pero, Sofía, es que yo aún no he dado los quebrados en el cole!). El caso es que a veces también disfrutábamos, como en esas ocasiones en las que a hurtadillas mirábamos por la rendija de la puerta de alguna de las pequeñas aulas del conservatorio y oíamos y veíamos a alguien tocar el piano. No fallaba, ese día, casi con toda seguridad, le espetábamos a mi padre  de vuelta a casa: "¡Pero, papá, si al menos  aprendiéramos piano!".
Un imposible. Para meter un piano en el piso habríamos tenido que sacar antes una cama o un ropero, o un par de ellos. No hablemos ya de costes monetarios.
Me alegro por mi sobrina Sofía, y hasta por mí (no descarto adquirir uno de éstos). Por ahora le regalo esta fotografía a ella mientras pienso si mis manos no hubieran crecido más estilizadas (y las tuyas, Eva, y las tuyas) caso de que mis padres se hubieran podido permitir introducir un piano en nuestras existencias, en vez de contar con los cinco dedos de mi mano izquierda con sus yemas más endurecidas (bueno, ahora doloridas, cojo la guitarra más de tarde en tarde).

Autorretrato con palmeras "n"

No sé ya ni cuántas veces habré disparado esta fotografía en mi vida, ...desde los 18 años, la enésima.

sábado, 23 de abril de 2011

Sábado Santo en Sevilla, 2011

Hace años ya que la Semana Santa de Sevilla dejó de formar parte de esta especie de cotidiana entraña que es la que palpita cuando siento llegar a mis venas el torrente de la emoción, no porque no me guste, no, cualquiera que se haya dado una vuelta por mi blog sobre ella puede atisbar que como sevillana, pero sevillana, la llevo dentro como una manifestación cultural firmemente anclada en mi psique.
Pero sucede que los años pasan, no por una, no, que también,  sino por esa costra dura de la nomenclatura que se va a derretir en mis labios de tanto nombrarla, y las cosas... las cosas, amigos, pierden, o tal vez ganan ellas, quién sabe, el caso que la que suscribe, como otros tanto muchos miles de sevillanos hemos optado ya por, si hay que ver algún "paso", verlo por televisión.
No voy a criticar nada en esta entrada. El caso es que en esta semana en un par de ocasiones he intentado salir a ver algún "paso". La primera vez no duré en la calle más de dos horas, y la segunda, tres cuartos de hora, este mediodía concretamente. Ni una fotografía de "pasos", hoy que precisamente iba dispuesta a dispararla desde el balcón de casa de mi madre. Hoy lo ha impedido la lluvia. Pero de vuelta he encontrado otra fotografía. Disparada con una intención, cuando la he revelado aquí me ha dado qué pensar:
Digamos que a falta de "pasos" buenos son los "huertos". También podría pensarse que lo que es malo para algunos, la lluvia, es bueno para otros. O que la puñetera nomenclatura de las cosas, esta estructura que soportamos y construimos entre todos desde que nos dio por pintar bisontes en las cavernas, en sí misma lleva su propia mentira, y que no hay más que mirar con un poquito de atención para que las verdades se nos hagan manifiestas.
Sevilla, sábado santo. Aquí no hay fiestas de moros y cristianos. Aquí lo que se celebra es la primavera. La vuelta de la vida. 



Peripatética rosa

Fotografías desechadas como portadas de libros

Las apaisadas deben entenderse como planteamiento para cubiertas completas.
Las dos últimas, evidentemente, no parten de disparos o fotografías mías.












martes, 19 de abril de 2011

Abril

El alcornoque del huerto

Esta fotografía sólo tiene la intención de retratar a un pequeño alcornoque de unos cinco metros de altura que empezó siendo un también pequeño plantón de apenas una cuarta, hace ya como unos diez años.
Lo vi de pronto al atardecer, situada yo en el porchecillo de la cocina, a unos cincuenta metros de él, anduve unos pasos y le disparé.
Hoy siento que es lo más poético que he hecho en la vida: sembrarlo, regarlo, podarlo, arañarme con sus hojas y ramas...
Algún otro poema de este estilo hay por ahí.
Un árbol es la sonrisa de la tierra decía la que escribe algún verso allá por 2002.


lunes, 18 de abril de 2011

Trío de Eva

Tengo que ir subiendo alguna de mi nueva sobrinita porque si no se me van a acumular, y además,  los padres me agradecen, según sus propias palabras,  que "la presente en sociedad adecuadamente"..:)).
Las dos primeras son del sábado, la tercera de una o dos semanas antes.




Los pendientes de Afrodita

Una fotografía que hice el otro día para mi amiga Carmen a raíz de que me recordara estas preciosas flores  una entrada de su blog (Aquí)
Y de camino me ha servido para continuar acicalando el poemario "Los parasoles de Afrodita", ;)

martes, 12 de abril de 2011

Pasión

El disparo, del 2001. En la entrada anterior se puede ver tal cual. Hoy la he revelado en condiciones.
(Ilkhi, muchas gracias)

Hace nueve años

Fue en febrero de 2002, la primera vez que entré en internet. Lo hice con una fotografía por delante, con algunas. Hace nueve años...nueve. Si viviera 90 años, que casi imposible es, este lapsus de tiempo signficaría una décima parte de mi vida...
Mejor puntos suspensivos, la reflexión que llega, como una escorrentía inmensa, necesitará tiempo para se puesta en orden.
Acabo de abrir el  cd donde conservo esas primeras fotografías. Al verlas ha sido imposible evitar sorprenderme más de la cuenta, algunas las recordaba, otras no. La visión de la primera me ha dejado casi maltrecha, NO TENIA NI IDEA. Tras nueve años sigo cantándole a lo mismo.
Comienzo con ella esta selección. No las re-revelo nada, tal como entonces disparaba y revelaba, conocimientos muy parcos, recién estrenada cámara digital, la dimage siete que me acompaño hasta el año 2007 (siete, otra "casualidad").
No sé si interesante o no, no sé si disfrutaréis. El "me apetece" no encaja en mis engranajes mentales, así que no sé bien por qué lo hago, a los nueve años. En ningún momento de los aniversarios anteriores se me ha venido esta idea, y no sé por qué ha llegado antes de cumplir la lógica del décimo aniversario, algo más comprensible...
Las "titulo" con el nombre que las guardaba.

Fuente

encina enferma

Amanecer

Amanecer  Sevilla

Autorretrato
Rosa blanca

Paisaje

Otra Pasión (de ésta pinté un óleo)

Cordero

Diente de León

Encina

Encinas

Ciruelo

Silene

Madreselvas y paisaje al fondo

La jorobada

Mantón de mi abuela

Manzanilla

Zinnia y mariposa

Paisaje retocado

Hojas de rosal

Parra Virgen

Rosa a contraluz

Salmón en blanco y negro

Lirio

Tórtola Sevilla

Encina
 
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El cuarto claro by Sofía Serra Giráldez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España License.